Buscando a Wally

viernes, 31 de diciembre de 2010

PASADO DE MODA

CHAD BENSON














Son pocos los que recuerdan el experimento que hizo el Bolívar allá por el año 2004, que causó un revuelo que no era habitual en los recreos y en las ventanas de aquel curso que lo vivió en primera persona. La llegada de Chad Benson (casi nadie sabía el apellido) fue uno de los picos emotivos más altos de la historia de este humilde colegio de monjas de Lomas de Zamora. El "Rottary International" metió a este jóven canadiense con un lejano aire a Marley a cambio de un tal Martin Gil Sanz, bastante más famoso luego de su regreso al país que antes del intercambio. La experiencia acaparó la atención de todos, cientos de chicos mirábamos en los recreos a Chad, queríamos saber qué hacía, que no, con quién se juntaba, cómo hacía sin saber un carajo de español, cómo se relacionaba con las autoridades y cómo carajo podía llegar a entender a Nápoli explicando logaritmos y derivadas. Todavía recordamos aquel primer día de Chad, con una chomba amarillo patito y un jean que lo destacaba a simple vista del resto del alumnado que llevaba el uniforme escolar. No habrá pasado una semana de tortura para Canadá en Argentina que ya se difundió el msn del jóven, y fue agregado por cientos de pibes que queríamos (me incluyo) llegar a tener un breve diálogo con él, aunque todavía eran pocas las palabras que sabía del castellano. Un mes más tarde y con un Chad Benson plenamenete integrado y compenetrado con las materias y el colegio nuevo (?), tuvimos la suerte de compartir un momento un poco más familiar, sin mujeres en el medio, en una clase de gimnasia. Allí gozamos del placer de ver a Chad realizar actividad física (siempre con pantalones de jean y chombas de alto valor económico), y lo más importante, quedó grabada para siempre en nuestras retinas la imágen más linda de los últimos años: ver al canadiense jugar al fútbol por primera vez en su vida. Aseguro que pese a estar completamente desorientado en tiempo, espacio y reglamento, cuando tocó la pelota mostró algo bastante interesante, totalmente pulible y mejorable, pero distinto al fin. De todos modos sería la última vez en la vida que un canadiense tocaba un esférico y pisaba una cancha de fútbol. Lo más lindo de aquella tarde nublada fue escuchar desde afuera al Dr. Pablo Rey gritarle "DAALEE YAANQUI DALE", "HUEVO YANQUI VAMOOO!!".
No se sabe con exactitud cuánto tiempo estuvo Chad en Argentina, un día desapareció y de a poco fue quedando en el olvido. Pasaron 6 años y, para ver y recordar a Chad con algunas fotos con el fin de llevar a cabo esta nota, tuve que entrar a su facebook y allí me llevé una sorpresa grata: un solo amigo en común. Alguno de sus compañeros de curso, que no le sacaban los ojos de encima, no. Gastón Picasso. Ahora me acuerdo, una vez Gastón dijo que hablaba seguido con Chad por msn en inglés, y que el canadiense le contaba que se sentía incómodo, que quería volver pronto a su país. Dicho y hecho. Argentina para él debe ser un pasado olvidado.




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