Era la noche ideal para volver a cantar victoria. En su cancha, ante su gente, donde el Hacha suele hacerse fuerte y superar al rival. Pero la historia se presentó al revés. Falto de fútbol, el auriverde planteó de igual a igual el partido hasta donde pudo. El debut de Octavio Bartoluzzi no fue provechoso para El Poder, que encima contó con un Cuenca sin inspiración y un Gauna que no estaba en su plenitud física. Por eso lo parejo se desvirtuó y el local comenzó a ser superado en todas las líneas, frente a un rival que propuso el juego autóctono con dos mediocampistas de alto nivel, como Argentinos y Quiroga. El resto fue complemento, algunos goles de Lucas Gómez, pinceladas de Norber y muy poquito de Nicolás Acevedo, para redondear una buena tarea que alcanzó para llegar al triunfo. Por el lado del Hacha, Marchetta desde el arco no tuvo su mejor noche, Gauna corrió hasta donde pudo y Vargas terminó siendo, con mucha entrega y recuperación de pelota, lo mejorcito del equipo. Arriba, Bartoluzzi nunca fue socio de Cuenca y por eso hubo pocos goles. Habrá que esperar una nueva presentación, o que Bususcovich de alguna señal de vida para poder volver a vivir aquellas noches de gloria.
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