Buscando a Wally

jueves, 10 de junio de 2010

Nueva Sección: " PEQUEÑOS HOMENAJES A GRANDES ELEMENTOS"

Inauguramos la nueva sección del blog, titulada "Pequeños homenajes a grandes elementos", un título bastante largo, pero me chupa un huevo y medio porque no tengo que pagar por cada caracter que utilizo. Estos textos tienen por objetivo honrar a aquellos elementos a los cuales nunca les agradecemos su prescencia y/o existencia, pero que más de una vez nos salvan de alguna situación complicada o nos ayudan a tener una calidad de vida más agradable.
HOY: EL PAPEL HIGIÉNICO
Un invento maravilloso. Suave, limpio, sedoso, práctico. No ocupa mucho lugar ni arruina la estética del ambiente menos expositivo de un hogar. Su servicial forma enrollada garantiza un inmenso placer a la hora de abrirlo y con él desplegar un verdadero placer métrico que asegura el éxodo delicado de la mierda. El solo pensar en algunos promulgadores de la era contemporánea que veneran el uso del bidette como solución para embellecer el traste luego de una feroz descompostura genera rabia. Porque cuando llegamos a un baño ajeno, o acudimos urgentemente y sin otra opción al toilette de una pizzería lo primero que miramos es ese lugarcito junto al inodoro que tiene asignado el viejo y querido papel. Y si no está allí miramos sobre la mochila, o arriba de las paredes, en busca del deseado rollo higiénico que nos garantice un regreso felíz. Ya en el baño de un hogar aunque no fuera el más querido (el nuestro) somos capaces de abrir puertes de muebles ajenos que se encuentran en el baño en busca del repuesto milagroso que nos permita sentarnos a desarrollar nuestras necesidades. El papel higiénico es incondicional. Si una casa funciona dentro de los parámetros de la normalidad este elemento está siempre. No falta nunca. Puede faltar la comida, puede no haber gaseosa o no funcionar el control remoto de la televisión. Pero que no se ausente el papel. Que haya dos o tres guardaditos ahí, de repuesto. Por las dudas. Porque tiene varios metros pero también se acaba. Hoy homenajeamos al objeto que nos acompaña siempre en una situación poco estética. Que no todos saben disfrutar como lo hacemos algunos. El que te limpia los Platenses que quedan adheridos a la zona anal. Hoy, humildemente y desde acá agradecemos a corazón abierto su existencia y prescencia en la cotidianeidad. Te queremos papel higiénico, no nos faltes nunca, porque sin vos, no podríamos vivir. Gracias.

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